29.10.05

Haiku desfasado y sórdido



No llueven repugnantes murciélagos desde lo alto de la torre,
abatidos por los campanazos del Señor de las terrazas.

La vereda regada de soretes no es el cementerio que quisiera imaginar.

16.10.05

Engrudo en un cañoncito

Como era de esperar, Akls me mandó una carta documento intimándome a que me retracte acerca de mi injurioso blog sobre su "Blancor del banano".
No lo haré. Es más, me voy a despedir con un fragmento que todavía me percude el cerebelo, quitándome minutos de preciosa siesta. Lo tengo extractado de memoria, la gran creadora. El protagonista, tras un triste episodio doméstico en el que muere su pájaro, reflexiona sobre la vida y la muerte de la siguiente forma:

" Y qué le voy a hacer, si yo nací en el subterráneo. Ahora se me fue el gorrioncito que tanto tenía apresado entre manos, se murió como un perro, pero sin ladrar. No sé si lo maté. Bueno, otra luz y otra claridad lo esperan, allá, entre los gusanos gruesos y hormigueros profundos del jardín japonés, donde fue enterrado en solemne y rauda ceremonia, a hurtadillas del guardaparque, que tampoco sabía judo, cosa que nadie hubiera imaginado..."