27.9.09

de marzo 2005

se yergue el cielo con hombros raquíticos
y voces descascarándose--
a lo largo,
perspectiva de árboles largamente murientes


la noche bronca astros hinchados de otoño
y más profundo
se estremecen de frío las vigas del sueño.

***

viajando.

al sordo compás de esta ruta vacía,
peregrinan ancianos desnutridos

el viento tironea las últimas lenguas de las ramas secas
mientras el grisol del rocío
contamina de nunca más los alaridos del rezo.

***

de las cenizas regadas
de estrellas disueltas sobre la cáscara de la mañana,

el insomnio redondo
va pariéndome de las numerosas vaginas
de los sigilosos ojos,

la oscuridad latente.

***

dentellos del otoño
con sus áridos rebordes.

crecen muñones en el ojo de los niños.

este sol nos madura,
violentamente.

***

ha sido siempre lo mismo,
destruir los dientes esos bloques igualados de la noche
y entre coágulos lenguas vacilantes
ávidas y tentaculares
del sótano de los días sepultos.

***

los rostros que desfigura el incendio
empiezan a parecerse a sí mismos.

***

el alarido de un pájaro
clava su aguja en el ojo de la resolana.

atardeceremos.

se desprenderán lágrimas azules hacia el seno del mar,
a nutrirse del secreto
de las aguas negras.

seamos ahora en el dolor de arrancarnos.


***

21.9.09

y algo mas acá

1.

Ha caído de mis manos
lo perdurable

los espiralados anillos rojos
de frases retorcidas hacia adentro
pasaron

Nos encontramos desde siempre
donde el misterio es una vivencia
bella

de vértigo fugaz

Hemos de rezar
en sombras
hacia la luz.

Oscuridades cercanas, no más de dos veranos

Aguas negras,
nuestros días.

La vida avanzada de noche.

Ve al estanque,
cuando caiga la luz

hundido en las aguas negras

Luego
saluda al sol,
desnudo

con la túnica única de la oscuridad
y abismos en la espalda

los vacíos
crecen

Me tuvo el seno del silencio.